martes, 11 de septiembre de 2007

Todo es cuestión de percepciones

Por: Pablo Galindo (Gracias por la colaboración!)
Todo es cuestión de percepciones, desde el día en que abrimos por primera vez los ojos, hasta que los cerramos por última vez, teniendo por seguro, que lo único que no vamos a volver a hacer es a abrirlos en este mundo, no volveremos a sentir en este mundo, a observar, a oír, a degustar, a saborear, la vida. Nuestra vida termino, de la misma forma que un autor sella su obra maestra con las palabras “el fin”, con ese último cerrar de ojos, se le da ese último sello a esa obra que llamaremos vida.

La vida como toda una obra, requiere de un director, de un autor y por supuesto de un protagonista, elementos tan necesarios como la obra misma, o la vida misma.

El autor, reparte papeles y elabora los tan importantes guiones, el director, combina los guiones con los papeles y dirige al protagonista hacia la “perfecta” ejecución de la escena. El detalle más importante, pero el menos visible, lo encontramos cuando por fin realizamos que en esta obra, no existen ensayos y mucho menos existen, las presentaciones finales, en esta particular obra, el primer ensayo, es la presentación final, no hay lugar para repetir la misma escena, tan solo hay cabida para guardar memorias, recuerdos, percepciones y más importante aún, conclusiones sobre las escenas ya ejecutadas, y tan solo quedan por satisfacer un puñado de caprichos, que tienen como meta rehacer esa escena, que en su único y primer intento, no salió como se quería o no salió como se debía; Es decir, no salió como el director pretendía o no salió como el autor imaginó que saldría.

Para el protagonista no hay más opción que repetir la escena una y otra vez, en un momento y en un lugar diferente y con sujetos complementarios diferentes, pero siempre con los mismos libretos y los mismos guiones. El director y el autor hacen una selección tan minuciosa, casi perfecta, de los próximos sujetos, que el protagonista notará tan solo, un cambio de disfraz.

Casi encantado el protagonista, se echa dispuesto a repetir la escena tan sugerida por el director y el autor. El protagonista hace su máximo esfuerzo por repetir la escena procurando esta vez, no cometer error alguno. Se abre paso la sorpresa y al final de la escena, todo fue, un nuevo intento de una vieja escena que termino saliendo mal.

El director y el autor empedernidos en sus guiones y en la escogencia de sus complementos para la escena, repiten el proceso, y el protagonista casi obligado y sin notarlo, tan solo percibe, un cambio de disfraces. Esta vez, el protagonista se propone firmemente no volver a fallar en la escena, repite sus guiones que son casi dogmaticos, es respondido de la misma manera, cree con una infantil fantasía que esta vez, todo va a salir bien…

…la sorpresa se abre paso de nuevo… …y la escena ha vuelto a salir mal.
Decepcionado el protagonista no quiere volver a repetir la escena, pero siente esa obligación a repetirla hasta que salga bien.

Se vuelve a inflar de ese infantil coraje, que no le teme a nada y dispuesto se prepara, para repetir la escena. Envuelto en su inevitable fracaso, se aleja… … ahora, desplegando su figura en las arenas del mar, lugar donde todo es más real, la brisa, el olor de la sal, el ruido del agua estallando estrepitosamente contra la arena, no es, ni será nunca, sustituido por un equipo de efectos especiales. Antes de llegar a este lugar, el protagonista desconocía dos cosas, tan solo dos detalles, tan insignificantes como la gota de agua que brota de una piedra húmeda, pero al mismo tiempo, tan fuerte como la corriente del rio que la lleva hasta el mar que ahora presencia.
Casi como un mágico amanecer, realiza, que él, ha sido su propio autor y su propio director. No hay nadie, más que él, no hay un “otro” seleccionando a los sujetos ni elaborando los mismos guiones.

Abre los ojos y se como un soplo de brisa ahora realiza, que el problema no es él en sí, el error está en la selección de los sujetos y en la elaboración de los mismos guiones.

Pero, ¿cómo re elaborar sus guiones? ¿Cómo re hacer las escenas? ¿Cómo seleccionar a los “otros”? Son preguntas, que tan solo el protagonista, que ahora en su función de director y de autor, podrá responderse a sí mismo.

Al final, todo, es cuestión de percepciones.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Tecún Uman Presidente!


Guatemala, 6 de Septiembre Electoral
Intervención pública por la participación Ciudadana. Revalorización y preservación de los monumentos públicos.
5:30 a 6:00 AM. Plaza Tecun Uman (frente al Zoológico z. 13).
Manifiesto Tecún Presidente

Abrir los ojos, respirar y seguir contentos, descontentos ante la situación actual. Ha comenzado un nuevo proceso electoral, un círculo ruleta de intentos insípidos por establecer una democracia. Un "País" modelo.

El caleidoscopio histórico guatemalteco sigue arrojando los mismos resultados, gira y va de nuevo entre falta de propuestas, profesionalismos deficientes, crimen organizado, tapizando las paredes, los ojos y grietas de nuestro estado incompleto, esa violencia en las calles, muertes de robo por un celular en oferta, gobiernos secuestrados, fugados en mafias finqueras, ¡Que no panda el cúnico! Existe la conciencia y articulación de pensamiento; pesa la apatía, pesa la esperanza, se siente en el ambiente un pueblo en pausa ante la impotencia represiva en la lluvia de impunidad.

Ahora nos ofrecen monosílabas de compra-venta, UNE, DÍA, GANA, CASA, PEPE, MACO, QUIQUE, absurdos UNION-ISTAS; empresarios tradicionalistas, nacionalistas, generales al poder y militantes al mejor postor de valla unipolar. Populismos que venden "ismos" a la medida prometiendo futuros y quimeras, financiarnos con bancos en Barbados, mientras multiplican peces, vinos y promesas. Revoluciones de sangre y firmas de papel, caudillos mesiánicos, hipocresía de pan francés por tortillas, des ENCUENTRO de sindicatos étnicos ausentes y FRENTES desmanteladores de repúblicas, todos ofreciendo esperanzas a cambio de un voto, un silencio, un cheque en blanco, y una amnesia temporal.

Así es como nos rifamos la patria, una piñata de dulces de empeño, la masticamos, digerimos y escupimos todos en moldes a medida popular.

El Arte presenta ahora una propuesta, una intervención compuesta de muchos tamaños y colores, una broma, una sonrisa y las plumas verdes, verdes de Tecún Umán. Un manifiesto, un grito al cielo, en nombre de nosotros, Guatemala, la inmortal, la siempre bella primavera, la sonriente en pleno terremoto huracán.

Nosotros, los que registramos en radiografías la memoria, los que escuchamos, no olvidamos y proponemos una Guate linda, pero no solo por la superficie, si no mas bien de fondo, de raíz, eso, solo tendrá trascendencia desde el momento que entendamos, con seriedad, con el corazón y con toda la conciencia global, que no somos los únicos que existen y que después de uno, es simple: sigue otro.

Hacemos llegar este manifiesto a las voces que reclaman, difunden y representan mucho más que alguna hipocresía mono o pluricultural. Vamos paso a paso, construyendo una nación, el consenso es necesario, hace falta un sendero por donde caminar, ya sea por los caminos de barro que se forman entre la milpa o en el mismo asfalto gris de la ciudad, que nos lleve a encontrar infinitas posibilidades de convivir, tolerar y dar con la felicidad. Un pan de respeto diario.

Tecún el mito, la leyenda, Tecún el presidente, el símbolo de un memorial colectivo-popular de pertenencia, que carga en su escudo la voz unificada de una sociedad, una punta de lanza desde donde comienza el cambio, a través de una comunidad que escucha, piensa, enumera y propone. Que exige y demanda el nuevo tiempo, el nuevo amanecer, la lucha por la libertad de actuar y expresar, respetando y siendo respetados.
¡Hay que sembrar bien, para cosechar bien!