lunes, 29 de mayo de 2017

Carta de a mi (otro) yo de hace diez años

Diez años después, punto y aparte.
Y aquí estas de nuevo, de madrugada ante la hoja en blanco.

Este espacio al cual acudís en tiempos de crisis, donde sentís la confianza de vaciar tus emociones, porque le hablas a todos, pero realmente a nadie en particular.

Curioso como la vida tiende a ser tan cíclica en sus formas. Las estaciones, los pequeños rituales cotidianos.

Tomaste muchos giros equivocados, y por eso estas aquí.
Pero no te preocupes, habrá aprendizaje en cada uno de ellos. Abraza ese mantra.

Hoy te toca aceptar, asumir, el fin de un viaje hermoso e intenso, pero a la vez tan frágil.
Una relación que lastimosamente no supiste como nutrir, y hoy ya marchita, mutó en su forma, abrió paso a una bifurcación en el camino. De poco sirve aferrarte a algo que hace tiempo ya no está.

En este instante enfrentarás dos alternativas, o buscas refugio falso en cualquier tipo de drogas para anestesiar las emociones (y ojo que no todas son lo que la gente comúnmente entiende por drogas, hay muchas formas de escapismo en esta vida); o te encaras a ese toro metafísico frente a frente, no le huyes a su feroz estampida.

Francamente eso de reprimir emociones nunca funciona, ellas (en su infinita sabiduría) terminan brotando igual de formas inesperadas. Así como el agua invariablemente fluye río abajo; siempre encontrará la forma de hacerlo.

Seguramente te sentirás muy solo, es natural. Uno pasa la vida pensando que existen formas de sobrellevarla cómodo, de refugiarse entre sábanas cuando afuera llueve. Y entras en pánico al darte cuenta que la falsa sensación de seguridad al mínimo capricho puede transformarse en caos, y no encontrarás nada a lo que aferrarte.

Te tocará descubrir a golpes que la vida es inherentemente incierta, y el truco está en saber ser un equilibrista. Adaptarse a los cambios de corrientes, y nunca perder de vista el horizonte.

Recuerda a toda la gente que te rodea y que en su infinita amistad sabrá brindarte refugio en tiempos de tribulación. Cuídalos siempre, porque ese amor tan puro escasea en esta era de redes sociales estériles.

Ante todo nunca pierdas de vista tus principios, que son tu única guía ante un mundo incierto.
Caminos trazados no hay, esos los vas creando a fuerza de intuición. Trabájala, ella será tu mejor herramienta.

La razón es un edificio hermoso y admirable, pero en tiempos de incertidumbre se derrumba como un castillo de arena, y las verdaderas respuestas estarán ahí guardadas en ti, bajo la custodia de la vieja y fiel intuición.

Enfocarse en lo pasado no servirá de nada, ya que la fuerza universal de la acción y reacción sigue en marcha, nunca se detiene. Y en ti (solo en ti y en tus acciones) se encuentra la única forma salida de esta maraña de patrones cíclicos que has creado.

Toma conciencia del dolor que has generado a los que te rodean en tu afán de avaricia emocional. Pero no caigas en la auto flagelación ni en la auto compasión.

Reconócete en tus errores, pero también en tus limitaciones.

Recuerda que hace diez años no tenías una puta idea de lo que querías para tu vida, y aunque ahora tampoco realmente lo sabes, si tienes una mejor noción de ti mismo, de tus virtudes y tus falencias.

Trabaja en corregir todos esos patrones auto destructivos, deja de sabotearte a ti mismo.
No dejes que el ego te gane la partida, ya que en ese pozo sin fondo jamás encontrarás la plenitud.

La sensación de duelo y profundo dolor que te embarga en este instante es natural. No rehuyas de ella, abrázale hasta que sea el momento de dejarle ir. Eso lo sabrás (recuerda, la intuición).

Nunca olvides que así es la vida, y esta solo ha sido vivida plenamente cuando se le recorre en toda su gama de emociones, en todas sus tonalidades.

Desde la alegría hasta el dolor y la tristeza. Las emociones no existen como un absoluto, todas son necesarias para brindarnos perspectiva.

Si buscas respuestas absolutas para las infinitas variantes de la vida, aquí no las encontraras.
Este es un mero manual de instrucciones, una recopilación de notas al margen para un imperfecto (pero honesto) abordaje de la vida.

No existe receta única, solo un interminable proceso de aprendizaje y error. Nunca dejes de cuestionarte, de trabajarte.

Agradece todo lo que creciste en este tiempo, recuerda que hoy eres en gran parte esa compañía que tuviste al lado en este tramo del camino.

Ese amor vivido, y todos sus hermosos frutos, jamás morirá, solo se transforma, evoluciona. Y te acompañará por siempre.

―Tranquilo, todo estará bien ―te dijo ella sonriendo.Visualiza la sensación de paz que te produce su mirada cuando pronuncia esas palabras, su sonrisa llena de luz inundando todo alrededor. Tanto amor en estado puro contenido en ese instante.

Detente, respira, escucha(te).
Ahora ve a navegar.

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