lunes, 9 de julio de 2012

La honestidad de tus orgasmos

Nos conocimos, si,
pero no sabíamos hablar,
nuestras lenguas eran muy otras,
nuestros idiomas incomprensibles.

Así que hicimos el amor,
nos dedicamos a hacer el amor,
por mucho tiempo,
indefinidamente.

No hablábamos,
únicamente jadeábamos, gemíamos
pero hacíamos el amor, siempre,
quizá porque no sabíamos como decir eso que sentíamos,
quizá porque era la única forma en que nos sabíamos comunicar.

Cada posición distinta que adoptábamos
era como cambiar de tema de discusión
los roces de nuestros cuerpos eran las letras,
y con nuestros movimientos formábamos palabras,
y al cerrar los ojos, y sentirnos uno dentro del otro,
las palabras dejaban de importar.

y así fue como descubrí que tus senos son como poemas,
que tus curvas sinuosas son tan dignas de explorar,
tu piel tan tersa y suave se asemeja a los sueños de infancia,
y que no hay nada más honesto en este mundo que un orgasmo tuyo.

Una noche más, me encuentro aquí,
con mi miembro erecto, palpitando,
Mientras tu te desnudas lentamente,
y yo, ansioso por estar dentro de ti,
desesperado por iniciar nuevamente nuestra conversación sin palabras,
una conversación siempre incompleta,
pero tan honesta,
tan nuestra.

No hay comentarios: